¿Cuántas veces hemos ido caminando por la calle, por nuestra ciudad natal, sin fijarnos en nuestro entorno por estar mirando el teléfono móvil? Esta pregunta la lanzo especialmente a mi generación, a los jóvenes, a las personas que tienen el futuro en sus manos.

Cada día son más las personas que no prestan la atención suficiente a lo que nos rodea, en este caso en la arquitectura, tan solo porque vamos estresados a todos lados o simplemente porque estamos mirando el móvil o hablando por teléfono (en esta última me puedo incluir). A consecuencia de todo esto nos estamos perdiendo muchas cosas maravillosas que no tienen desperdicio y en vez de intentar mejorar, en muchas ciudades del mundo han llegado hasta a habilitar un carril para las personas que van con sus teléfonos móviles. Soy consciente que se ha llevado a cabo para la seguridad de las personas pero me sigue impactando hasta que punto somos capaces de llegar para tener que poner una zona exclusiva para eso. A continuación os adjunto una serie de imágenes sobre lo que os acabo de contar:

Como hemos podido ver en las imágenes anteriores esto ya es una realidad en nuestros días y al verlas solo puedo sentir lástima y miedo, porque nos estamos perdiendo la belleza de nuestro alrededor: los edificios.

Desgraciadamente muchas veces yo estoy en ese grupo de personas, pero el primer día de clase, nuestro profesor Pasquale De Dato, nos dijo una frase que me hizo pensar y aún a día de hoy tengo presente:

Ahora mismo vais por la calle mirando hacia abajo pero al final del curso iréis con la cabeza hacia arriba sin mirar suelo

Y a partir de ahí sin darme cuenta empecé a fijarme un poco más en la gran arquitectura que me rodea pero pocas veces había sido consciente de ella.

Desde el inicio de curso hasta hoy he vuelto varias veces al lugar donde vivo, Palma de Mallorca, y cuando salía a pasear, con mis amigas o mis padres, inconscientemente no podía evitar fijarme en las fachadas de los edificios, en las fuentes, en la forma de ciertas casas… y me quedaba sorprendida con lo que veía, pero lo mejor de todo es que eran lugares, edificios o espacios en los que solía pasar siempre pero hasta este año no me había parado a observarlos.

A continuación adjunto una serie de imágenes hechas por mi de los edificios que más me sorprendieron al ir una tarde como cualquier otra a pasear por Palma de Mallorca con la diferencia que me iba fijando en los detalles y los edificios tan bonitos que tenía delante.

Esta es la calle por la que pasaba todas las mañanas para ir a clase y este año me paré a mirar la fachada de este precioso edificio
Esta calle es el famosa «Passeig des Born» donde normalmente suelo quedar con mis amigos. Me fijé en la decoración geométrica del suelo que hasta entonces había ignorado
Esta es la famosa catedral de Palma que nunca me había a parado a observarla con detalles. Seguidamente entré dentro ya que no lo hacía desde que era muy pequeña
Solía ir cada día a la pastelería que podemos ver en la planta baja pero jamás me había fijado en el gran decoración de la fachada del edificio de arriba
Aunque esto no sea arquitectura tampoco me había fijado en los espectaculares escaparates que pueden crear las tiendas y tan detallados

A lo que quería llegar con todo esto es que gracias a la carrera que estoy empezando me estoy dando cuenta que levantando un poco la mirada, cuando voy caminando por la calle, puedo descubrir cosas realmente impresionante que tenemos a nuestro alcance pero desgraciadamente no somos conscientes de ello.